Los Pech
La sociedad Pech (uno de los 6 pueblos originarios de Honduras), es una etnia que ha habitado el territorio de la actual Honduras desde hace más de 3 mil años, La antropología reitera que este pueblo de espiritualidad nómada bebió del aporte de la civilización de la yuca (Chipcha del sur) y de las civilizaciones del maíz (mesoamericanas), por hallarse en una zona de frontera cultural.Ubicación
Habitan los departamentos de Gracias a Diós, Olancho Y Colón , en la actualidad se encuentra reducido en 11 comunidades territorialmente discontinuos (8 en el Departamento de Olancho, 2 en Gracias a Dios y 1 en Colón), cuenta con una población aproximada de 5,200 personas.
Situación Social
El pueblo indígena pech (uno de los 6 pueblos originarios de Honduras), es uno de los pocos pueblos actuales de raíces nómadas recientes en Centro América. Según registros bibliográficos, la colonia española encontró a los pech desde las Islas de la Bahía, pasando por las cuencas de los ríos Aguan (Departamento de Colón) y Patuca (Departamento de Gracias a Dios), hasta el sur del actual Departamento de Francisco Morazán. La antropología reitera que este pueblo de espiritualidad nómada bebió del aporte de la civilización de la yuca (Chipcha del sur) y de las civilizaciones del maíz (mesoamericanas), por hallarse en una zona de frontera cultural.
Actualmente las comunidades pech son saqueados y amenazados por codiciosos ganaderos, madereros y finqueros mestizos. Muchas de ellas, con serias dificultades para satisfacer sus necesidades básicas porque ya no tienen ríos dónde pescar, ni bosques dónde cazar, extraer frutos silvestres o proveerse de medicina.
Cultivan yuca, maíz, frijol y plátanos para subsistir. La extracción del bálsamo de liquidámbar fue uno de sus principales fuentes de ingreso, hasta antes que los ladinos invadieran los bosques. Son nómadas forzados a sobrevivir en reducidas y sitiadas aldeas/caseríos, invadidos por el espejismo de la modernidad. Cuentan con una Federación de Tribus Pech de Honduras (FETRIPH) que los aglutina.
Acuden asiduamente a las iglesias, como antes lo hacían hacia sus lugares hierofánicos (lugares naturales donde se manifiesta la trascendencia). Pero, no son católicos, ni evangélicos. No sólo porque son libres de dogmatismos, sino porque no son capaces de explicarse de cómo un Dios Padre pudo haber permitido que les quitarán las montañas y les mataran sus ríos, todo en su nombre, y a cambio de la Biblia.
En setiembre 2013, el pueblo pech se autoconvocó en asamblea nacional, bajo la dirección de la FETRIPH, y, ante testigos invitados como la Alcaldesa de Culmí, el Vice ministro de la Secretaría de Pueblos Indígenas y Afrodescendientes, representantes nacionales y regionales de ICF, el Párroco de Culmí y la cooperación internacional, pidió al Congreso Nacional que declare la montaña El Carbón como Reserva Antropológica y Forestal Pech. Los testigos, quienes intervinieron al final de la asamblea, coincidieron en respaldar la voluntad del pueblo pech, y la representante de ICF se comprometió impulsar en proceso.
Luego de este proceso queda que ICF presente al Congreso Nacional el correspondiente proyecto de Decreto de declaratoria, especificando objetivos, justificaciones, macrozonificación y un documento base de estudio socioantropológico y ecosistémico del área para su correspondiente estudio y declaración como área protegida.
De lograrse la declaratoria de la Reserva Antropológica y Forestal Pech Montaña El Carbón, no sólo aumentaría a 69 el número de área protegidas en Honduras que actualmente representan el 36% del territorio nacional, sino que se hará justicia con el histórico pueblo pech que se resistió y se resiste a abandonar su identidad y pertenencia a la montaña. Pero, el cuidado y la administración de Muäka Usku debe ser compartido entre ICF y la FETRIPH (así lo pidió la asamblea pech), de lo contrario se podría repetir la triste historia del intento de la reserva antropológica Tawaka.
Los Tawahkas
Los Tawahkas de Honduras constituyen un grupo pequeño. Histórica y culturalmente son una etnia que ha soportado la influencia misquita, si bien han adaptado muchos de sus patrones culturales aún conservan elementos de su propia cultura que los hace distinguirse como pueblo indígena.
Su ingenioso sistema constructivo les ha permitido sobrevivir hasta nuestros días. Sus prácticas agropecuarias son dignas de un estudio científico. Sus hábitos de convivencia ciudadana son reflejo de su capacidad intelectual y espiritual. Durante siglos han practicado conscientemente el reciclaje y la sostenibilidad de sus recursos. La cultura TAWAHKA nos transmite hoy la importancia de cuidar nuestro entorno y medio ambiente. A continuación un interesante documento sobre este importante PATRIMONIO CULTURAL DE HONDURAS.
Ubicación
Habitan la zona del río Patuca Medio, entre los departamento de Olancho y Gracias a Dios. Constituyen el pueblo indígena hondureño mas pequeño, actualmente son cerca de 1600 pobladores autóctonos que habitan las comunidades de Krausirpi, Krautara, Krauquira, Yapuwas, Kamakasma, Parawas, Parawasito y Kungkungwas.
La mayoría de ellos en la aldea de Krausirpi, ubicada en la margen del río Patuca en el corazón de la zona selvática hondureña.
Situación Social
En la actualidad suelen verse separaciones dentro del espacio múltiple, por medio de canceles de madera o de papel. Los tawahkas aprovechan todo lo que les provee la naturaleza. Extraen la corteza del tuno para hacer sábanas, ropa y bolsos. Asimismo del árbol de hule la resina para impermeabilizar las telas y hacer bolillos de hule. Cortan varas de bambú o de guayabo para hacer tapescos. Y extraen lianas para fabricar hamacas. Trabajan muy bien la madera; y elaboran bateas, casuelas, cucharones, platos de hojas de bijao, etc. Todo esto para decir que la casa tawahka esta ricamente compuesta por todos los muebles y utensilios indispensables, elaborados por ellos mismos.
Se han caracterizado por ser tribales, cazadores y recolectores. Al visitar su territorio en varias ocasiones, da la impresión de que sus hogares han desaparecido, pero en realidad esto viene de una costumbre Tawahka de la antigüedad, han sobrevivido por ser dispersos y manejar asentamientos con baja densidad poblacional, esto les permitía cambiar de territorio con relativa facilidad. Cuando se agotaban los recursos locales después se iban a otro lugar y así continuamente. Parece absurdo, pero esta práctica les permitió sobrevivir a los ataques de los colonizadores, esto ocasionó la desesperación de los misioneros. Para ubicar el asentamiento, seguían el mismo recorrido del río, luego buscaban un lugar con relativa altura para evitar tragedias por las repentinas crecidas del río. La ubicación era estratégica de acuerdo a la forma del río, es decir, se ubicaban de acuerdo a los cambios de rumbo del río, esto les permitía ciertas ventajas al observar cualquier invasión o eventual ataque extranjero. Al mismo tiempo aprovechaban las barreras naturales del mismo bosque. Esta era una verdadera aventura para cualquier posible visitante. Para el Tawahka el río constituye una verdadera pista acuática, ya que es el medio de comunicación y transporte entre las diferentes comunidades. Cayucos y pipantes son el principal medio de transporte. A diferencia de otras culturas, en el asentamiento Tawahka no se encuentran templos ó ídolos. En su práctica religiosa no se erige ninguna estructura en particular.
Los Tawahkas muestran un alto grado de penetración cultural misquita. Durante el siglo XIX, estuvieron a punto de extinguirse debido al reducido número de mujeres Tawahkas por razones aun no determinadas y a que sus varones no deseaban unirse con las mujeres misquitas. Ocurre lo contrario con los Misquitos, quienes, sin problema alguno deciden juntarse con las Tawahkas. Una muestra de influencia Misquita es una de las bebidas mas tomadas por los Tawahkas: el guabul, bebida elaborada de puré de plátano maduro disuelto en agua o leche y puesto a hervir. Además de estas elaboran vinos de varias especies de palmas y de caña de azúcar; del arroz y del maíz preparan bebidas embriagantes como la chicha. De la palma llamada supa consumen el fruto cocido y el tronco les sirve para construir arcos y flechas (igual que los misquitos). Consumen contrario a los misquitos, en menor medida: ajo, cebolla, café y tés de varias hierbas.
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